QUE TE RE MIL...

Una investigador de la Universidad de Keele tuvo la idea de estudiar la conexión existente entre las malas palabras y el dolor, cuando este se golpeó accidentalmente el dedo con un martillo tratando de arreglar el cobertizo. (es el efecto que causa ver programas de bricollage)

El investigador realizo el estudio a un grupo de estudiantes y les pidió que resistieran el mayor tiempo posible sus manos sumergidas en un recipiente lleno de agua helada mientras repetían malas palabras.

Y luego les pidió que repitieran la acción pero debían remplazar las malas palabras por palabras que describieran una mesa.

El resultado que arrojo este “brillante estudio“, fue que cuando se empleaban términos ofensivos, indecentes y groseros alargaba en un 50 por ciento el tiempo que podián soportar el dolor.

El investigador admite que no queda claro el cómo o por qué existe este vinculo, entre las malas palabras y el dolor.

Por ultimo este estudio hace una advertencia : " las palabrotas es un lenguaje emocional, pero si se emplea en exceso se pierde su vínculo emocional".

... a mi las malas palabras me ayudan a controlar a mi hijo adolescente, por ejemplo:

hijo: - ma, ma, ma, ya termine de estudiar ¿que hago?

YO: (recién llegada del laburo con la cabeza quemada) - la paja pendejo!!!

hijo: - no ma, en serio, ¿qué hago?

YO: ya te dije, la paja.

hijo: ufa má (se va, a jugar a la compu)